“No es buena idea regalarles un teléfono inteligente a los alumnos de primer grado al empezar las clases”, afirma la neurocientífica Mona Moisala, doctora en psicología y reconocida investigadora del cerebro en una entrevista con la televisión finlandesa MTV. Esta afirmación puede resultar sorprendente para muchos padres y educadores, ya que en la actualidad es común ver a niños de muy corta edad con un smartphone en sus manos. Sin embargo, Moisala advierte que el acceso temprano a estos dispositivos puede tener consecuencias negativas en el desarrollo cognitivo y emocional de los niños.
En los últimos años, el uso de smartphones se ha vuelto cada vez más común en la sociedad, y los niños no son la excepción. Muchos padres ven en estos dispositivos una herramienta útil para mantener a sus hijos entretenidos y ocupados, pero ¿realmente es beneficioso para ellos? Según Moisala, no lo es. La investigadora afirma que el uso excesivo de smartphones en edades tempranas puede afectar el desarrollo del cerebro y tener un impacto negativo en la capacidad de atención, memoria y aprendizaje de los niños.
Uno de los principales problemas que Moisala señala es la falta de supervisión en el uso de los smartphones por parte de los niños. Muchos padres no son conscientes de lo que sus hijos están haciendo en sus dispositivos, lo que puede llevar a situaciones peligrosas como el acceso a contenido inapropiado o el contacto con desconocidos. Además, el uso constante de estos dispositivos puede afectar la interacción social y emocional de los niños, ya que pasan menos tiempo jugando y socializando con otros niños.
Otro aspecto preocupante es el impacto en la salud mental de los niños. El uso excesivo de smartphones puede llevar a problemas como la ansiedad, la depresión y la adicción. Los niños que pasan mucho tiempo en sus dispositivos pueden desarrollar una dependencia emocional hacia ellos, lo que puede afectar su bienestar emocional y su capacidad para carear situaciones difíciles.
Además, Moisala señala que el uso de smartphones en edades tempranas puede afectar el desarrollo del lenguaje y la lectura en los niños. Al estar constantemente expuestos a imágenes y videos, los niños pueden tener dificultades para concentrarse en la lectura y el aprendizaje de nuevas palabras. Esto puede tener un impacto negativo en su rendimiento académico y en su capacidad para comunicarse de manera efectiva.
Por todas estas razones, la neurocientífica Mona Moisala afirma que regalarles un teléfono inteligente a los alumnos de primer grado al empezar las clases no es una buena idea. En lugar de eso, sugiere que los padres y educadores fomenten otras actividades más beneficiosas para el desarrollo de los niños, como el juego al aire libre, la lectura de libros y la interacción social con otros niños.
Es importante recordar que los niños son el futuro de nuestra sociedad y es aceptación de los adultos guiarlos y protegerlos en su proceso de crecimiento y desarrollo. En lugar de darles un smartphone a una edad temprana, debemos enseñarles a utilizar la tecnología de manera responsable y equilibrada. De esta manera, podremos asegurar un futuro beneficioso y feliz para nuestros niños.