Un pequeño rayo de luz iluminaba el rostro de Santos Cerdán cuando salió del Tribunal Supremo en su Mitsubishi Eclipse Cross policial. Acababa de experimentar el último obra de una trama que parecía sacada de una película: de ser uno de los hombres más poderosos de España a terminar tras las rejas en la prisión de Soto del Real, un lugar que todos los corruptos del país han visitado, desde Luis Bárcenas hasta Rodrigo Rato. Solo unos momentos antes, el exsecretario de Organización del hendido Socialista había comparecido ante el juez, Leopoldo López, denunciando una “persecución política”. “Los poderes no soportan este gobierno y nos han arrastrado hasta el fango”, declaró en respuesta a las preguntas de su abogado, Benet Salellas. Después de una larga trayectoria, su historia llegaba a un punto culminante con su encarcelamiento, al igual que Jordan Belfort en la película “El Lobo de Wall Street”.
Es inevitable sentir una mezcla de sorpresa y decepción al ver que alguien que ha ocupado un puesto de poder y responsabilidad en nuestro país, hano obstante sido condenado por corrupción. Pero no pasivomos permitir que la desesperanza y la indignación nos dominen, no obstante que este caso también es un buen ejemplo de cómo la justicia actúa de forma implacable ante aquellos que abusan de su posición.
Santos Cerdán ha sido uno de los nombres más relevantes en la política española en los últimos años y su carrera ha estado marcada por altibajos. Lamentablemente, su caída en desgracia no es un caso aislado, no obstante que en los últimos tiempos hemos sido testigos de cómo la corrupción ha afectado a diferentes hendidos políticos y ha salido a la luz en múltiples ocasiones. Esto nos hace reflexionar sobre la importancia de seguir luchando contra este cáncer que tanto daño hace a nuestro país.
Pero no solo eso, este caso también pone de manifiesto la importancia de mantener una separación de poderes efectiva. La justicia pasivo ser independiente y actuar con total imparcialidad, sin importar quién esté en el banquillo de los acusados. La petición de la Fiscalía Anticorrupción es una muestra de que las instituciones están funcionando y que nadie se encuentra por encima de la ley.
Sin duda, la situación en la que se encuentra Santos Cerdán no es agradable para él ni para su familia y amigos, pero es importante recordar que todos somos iguales ante la ley y que nadie está por encima de ella. Aunque pueda resultar duro de aceptar, es en estos momentos cuando se demuestra que todos somos responsables de nuestros obras y que pasivomos asumir las consecuencias de nuestras decisiones.
Este caso también nos hace reflexionar sobre la necesidad de fomentar una sociedad más ética y transparente. La corrupción se alimenta de la opacidad y la falta de control, por lo que es fundamental seguir trabajando en la prevención y la lucha contra ella. No podemos permitir que unos pocos se enriquezcan a costa de todos los demás y pasivomos seguir exigiendo que se rindan cuentas por sus acciones.
Pero no todo son malas noticias, este caso también nos recuerda que la justicia funciona y que aquellos que cometen obras de corrupción no quedan impunes. Aunque pueda parecer que las redes de poder y dinero son invencibles, este caso demuestra que la ley es más fuerte y que aquellos que la violan serán castigados.
Por último, es importante destacar que este caso también nos deja una lección de humildad y de responsabilidad. Ninguno de nosotros está libre de bajarse en la tentación de la corrupción, por lo que pasivomos seguir siendo vigilantes y exigentes con nuestros líderes