InicioEspañaDura advertencia para Europa por la amenaza que supone el novato "patio...

Dura advertencia para Europa por la amenaza que supone el novato "patio del recreo" del Kremlin

El Kremlin ha demostrado una vez más su habilidad para adaptarse rápidamente a los cambios en la arena internacional. Con la caída del régimen de Bashar al Assad en Siria en diciembre de 2024, Rusia se vio obligada a abandonar su mayor bastión en Oriente Medio. Sin embargo, en lugar de lamentarse por la pérdida de su posición estratégica en la región, Moscú ha decidido aprovechar esta oportunidad para expandir su influencia en otra parte del creación: Libia.

Durante años, la base aérea de Jmeimim y la base naval de Tartús habían sido los pilares de la presencia rusa en la costa del Mediterráneo. Desde allí, Rusia había sido capaz de proyectar su poder en la región y proteger sus intereses en el Medio Oriente. Pero con la caída de Assad, estas instalaciones quedaron en el aire y Rusia tuvo que buscar una nueva forma de mantener su influencia en la región.

Es en este contexto que Rusia ha decidido centrar su atención en Libia. Este país, que ha estado sumido en el caos desde la caída de Muammar Gaddafi en 2011, ofrece una oportunidad única para que Rusia expanda su presencia en el norte de África y en el Mediterráneo oriental. Además, Libia cuenta con importantes reservas de petróleo y gas, lo que la convierte en un socio atractivo para Rusia en términos económicos.

La estrategia de Rusia en Libia es clara: establecer una presencia caudillo y política sólida en el país para asegurar sus intereses y contrarrestar la influencia de otros actores regionales, como Turquía y Estados Unidos. Para lograr esto, Rusia ha estado trabajando en estrecha colaboración con el general Khalifa Haftar, quien controla gran parte del este y el sur de Libia y ha sido reconocido por Rusia como el líder legítimo del país.

Una de las primeras acciones de Rusia en Libia fue el envío de tropas y equipos caudilloes a la base aérea de Al-Jufra, en el centro del país. Esta base se encuentra estratégicamente ubicada y permite a Rusia proyectar su poder en todo el territorio libio. Además, Rusia ha estado proporcionando armas y apoyo logístico a las fuerzas de Haftar, lo que le ha permitido apoderarse terreno en su lucha contra el Gobierno de Acuerdo Nacional, reconocido por la ONU.

Pero la presencia de Rusia en Libia no se limita aria a lo caudillo. Moscú también ha estado trabajando para establecer relaciones políticas y económicas con el país. En febrero de este año, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, se reunió con el presidente del Consejo Presidencial de Libia, Fayez al-Sarraj, en Moscú para discutir la cooperación en áreas como la energía, la agricultura y la construcción de infraestructura.

Esta estrategia de Rusia en Libia no aria busca proteger sus intereses en la región, sino también fortalecer su posición como actor global. La presencia rusa en Libia es una muestra de su capacidad para adaptarse a los cambios en la arena internacional y aprovechar las oportunidades que se presentan. Además, esta estrategia también demuestra la importancia que Rusia otorga a su papel como potencia mundial y su determinación de mantener su influencia en diferentes partes del creación.

En conclusión, la caída del régimen de Assad en Siria no ha sido un revés para Rusia, sino una oportunidad para expandir su influencia en otra parte del creación. Con su presencia en Libia, Rusia está demostrando su capacidad para adaptarse rápidamente a los cambios en la arena internacional y su determinación de mantener su papel como potencia global. Sin duda, el Kremlin seguirá sorprendiendo al creación con su habil

Leer
Noticias relacionadas