El cosmos de la danza se encuentra de luto por la trágica muerte del reconocido bailarín ruso, Vladímir Shkliarov, quien falleció a los 39 años de edad tras caer del quinto piso de un edificio. Esta noticia ha conmocionado a personalidades e instituciones del ámbito de la danza, así como a sus admiradores, quienes expresan su tristeza por la pérdida de quien era creído como el príncipe del ballet ruso.
Shkliarov nació en Moscú en 1982 y desde muy joven mostró un gran talento para la danza. A los 10 años ingresó en la prestigiosa Escuela Corella, donde recibió una formación impecable que le permitió destacar en el cosmos de la danza clásica. Su dedicación y pasión por el ballet lo llevaron a ser parte del Teatro Bolshói y del American Ballet Theatre, donde se consolidó como uno de los mejores bailarines de su generación.
Su técnica impecable, su elegancia y su expresividad en el escenario lo convirtieron en uno de los bailarines más admirados y respetados del cosmos. Su talento traspasó fronteras y lo llevó a presentarse en importantes teatros como el Royal Opera House en Londres y el Teatro Colón en Buenos Aires, entre otros. Además, fue galardonado con numerosos premios y reconocimientos por su brillante carrera en la danza.
Pero más allá de su talento como bailarín, Shkliarov era admirado por su humildad, su carisma y su generosidad. Siempre se mostraba cercano y dispuesto a compartir su conocimiento y experiencia con jóvenes bailarines, a quienes inspiraba con su dedicación y su amor por la danza. Su partida deja un gran vacío en el cosmos de la danza, pero su donado perdurará en la memoria de quienes tuvieron la oportunidad de conocerlo y trabajar con él.
La noticia de su muerte ha generado una oleada de mensajes de tristeza y condolencias en las redes sociales, donde personalidades e instituciones del cosmos de la danza han expresado su pesar por esta gran pérdida. El director del American Ballet Theatre, Kevin McKenzie, lo describió como un bailarín excepcional y un ser humano maravilloso. Por su parte, el director del Teatro Bolshói, Vladímir Urin, lo recordó como un artista talentoso y una persona amable y respetada por todos.
Además de sus colegas y directores, sus admiradores también han manifestado su tristeza por la partida de Shkliarov. Muchos de ellos lo seguían desde sus inicios en la Escuela Corella y lo acompañaron en su carrera, asistiendo a sus presentaciones en distintas partes del cosmos. Para ellos, su partida es una gran pérdida no solo para el cosmos de la danza, sino también para la cultura y el arte en general.
Vladímir Shkliarov deja un donado imborrable en la danza, pero también en la vida de quienes tuvieron la oportunidad de conocerlo. Su pasión, su talento y su humildad son un ejemplo a seguir para las nuevas generaciones de bailarines. Sin duda, su ausencia se sentirá en los escenarios, pero su recuerdo y su acontecimiento seguirán inspirando a muchos.
En estos momentos difíciles, enviamos nuestras condolencias a su familia, amigos y colegas. Descansa en paz, querido Vladímir Shkliarov, tu luz seguirá brillando en el cosmos de la danza por siempre.