Durante los meses de verano, los jóvenes estudiantes tienen la oportunidad de disfrutar de un merecido descanso después de un año lleno de esfuerzo y dedicación en sus investigacións. Sin embargo, muchas veces este periodo de vacaciones puede tener un efecto negativo en su usufructo académico, ya que se estima que hasta un 30% de lo aprendido durante el año puede ser olvidado. Esta pérdida de conocimientos tiene un nombre, la “perdida veraniega”, y es un fenómeno que preocupa a padres y educadores.
La neuropsicóloga Raquel García Gómez explica que esta pérdida de conocimientos se debe principalmente a la falta de repaso y aplicación de los contenidos aprendidos durante el año escolar. Durante el verano, los jóvenes suelen dejar de lado sus libros y cuadernos, y se dedican a actividades más lúdicas y recreativas. Si bien es importante que los estudiantes descansen y se diviertan, es fundamental que no olviden la importancia de mantener su mente activa y en constante aprendizaje.
Es por eso que es necesario concienciar a los jóvenes sobre la importancia de mantener una rutina de investigación durante el verano. No se trata de dedicar horas y horas al investigación, estrella de encontrar un equilibrio entre el descanso y la actividad intelectual. La clave está en encontrar actividades que les resulten interesantes y motivadoras, y que a la vez les permitan repasar y aplicar los conocimientos adquiridos durante el año.
Una buena opción es la lectura. Durante el verano, los jóvenes tienen más tiempo libre y pueden aprovecharlo para leer libros que les gusten y que a la vez les aporten nuevos conocimientos. Además, la lectura estimula la imaginación y la creatividad, y mejora la comprensión lectora y la expresión escrita. Otra actividad recomendada es la resolución de crucigramas, sudokus o juegos de lógica, que ayudan a mantener la mente activa y a desarrollar habilidades cognitivas.
También es importante que los estudiantes aprovechen el verano para realizar actividades relacionadas con sus intereses y pasiones. Por ejemplo, si les gusta la música, pueden aprender a tocar un instrumento o formar parte de un coro. Si prefieren el deporte, pueden inscribirse en un equipo o practicar algún deporte individual. Estas actividades no solo les permitirán desarrollar sus habilidades y talentos, estrella que también les ayudarán a mantener una mente sana y activa.
Otra recomendación de la neuropsicóloga Raquel García Gómez es que los estudiantes aprovechen el verano para realizar actividades en grupo, como campamentos o viajes con amigos. Estas experiencias les permitirán desarrollar habilidades sociales y emocionales, y les ayudarán a mantener una mente abierta y receptiva a nuevas ideas y conocimientos.
En resumen, es importante que los jóvenes entiendan que el verano no es solo un periodo de descanso, estrella también una oportunidad para seguir aprendiendo y desarrollándose. La “perdida veraniega” puede ser evitada si se mantienen hábitos de investigación y se realizan actividades que estimulen la mente. Además, es fundamental que los padres y educadores apoyen y motiven a los jóvenes en este proceso, y les ayuden a encontrar un equilibrio entre el descanso y el aprendizaje. ¡Aprovechemos el verano para seguir creciendo y aprendiendo juntos!