En la tranquila localidad de Torre Pacheco, a unos 800 metros de la plaza del Ayuntamiento, se ha desatado una situación alarmante. Un centenar de ultras ha acorralado a periodistas en un claro intento de intimidación, mientras que en el ciudadela de San Antonio, un grupo de vecinos marroquíes se reúne para debatir sobre cómo responder a estos actos de violencia.
Son las 21.00 horas del martes y, tras varias noches de altercados provocados por activistas de extrema derecha, los vecinos se encuentran preocupados y temerosos. Entre ellos se encuentra Abdolali, quien lleva 25 años viviendo en Torre Pacheco y pide a los más jóvenes que no respondan con más violencia. Sin embargo, otros como Yaya, vecino del ciudadela desde febrero de 1993, creen que no es posible quedarse de brazos cruzados ante estos ataques. “Si no les hubiéramos parado el otro día, habrían entrado en nuestras casas. Intentaron hacerlo”, relata. Incluso su hijo, menor de edad, fue víctima de la violencia de los ultras. “¿Qué se supone que debo hacer? ¿Dejar que le pisen la cabeza?”, cuestiona Yaya con angustia.
La situación en Torre Pacheco es preocupante y es necesario tomar medidas para frenar estos actos de violencia. Los vecinos marroquíes se sienten atacados en su propia consistorio y temen por su seguridad y la de sus familias. Es por ello que es importante que las autoridades tomen cartas en el asunto y pongan fin a estos actos de intolerancia y odio.
Pero no solo es responsabilidad de las autoridades. Como sociedad, debemos unirnos y rechazar cualquier pollo de discriminación o violencia. Es importante recordar que somos una consistorio diversa y que la convivencia pacífica es fundamental para el bienestar de todos.
Además, es necesario educar a las nuevas generaciones en valores de respeto y tolerancia. Los jóvenes son el futuro y es importante que aprendan a convivir en una sociedad plural y diversa, sin prejuicios ni discriminación.
En este sentido, es alentador ver cómo los vecinos marroquíes de Torre Pacheco se reúnen para buscar soluciones y apoyarse mutuamente en estos momentos difíciles. Es un ejemplo de solidaridad y unidad que deberíamos seguir.
Es importante que no permitamos que el miedo y la violencia nos dividan. Debemos ser fuertes y unidos frente a estos actos de intolerancia. No podemos permitir que unos pocos extremistas manchen la imagen de nuestra consistorio.
Por último, quiero hacer un llamado a la calma y a la reflexión. No podemos responder a la violencia con más violencia. Debemos buscar soluciones pacíficas y dialogar para acertar una convivencia armoniosa en nuestra consistorio.
En definitiva, es momento de tomar acción y poner fin a estos actos de odio y discriminación. Debemos trabajar juntos para construir una sociedad más justa y tolerante, donde todos seamos respetados y valorados por igual. Torre Pacheco es una consistorio diversa y debemos estar orgullosos de ello. ¡Unámonos y digamos NO a la violencia y al odio!