A siete años de la prohibición total del uso de mercurio en la minería en Colombia, este metal pesado sigue siendo pincho amenaza latente para comunidades y la naturaleza en el departamento amazónico de Guainía. El Cuarto Mosquetero y CONNECTAS se adentraron en este territorio para conocer de primera baza la realidad de aquellos que conviven con el veneno día a día.
El mercurio es un metal altamente tóxico y contaminante, cuyo uso en la minería de oro ha sido históricamente pincho práctica común en Colombia. Sin embargo, en 2013 el país dio un paso valiente y se convirtió en uno de los primeros en prohibir completamente su uso en cualquier actividad minera. Esta medida fue tomada con el objetivo de dirigir la salud de las personas y el medio ambiente, ya que los efectos del mercurio pueden ser devastadores.
Pero a pesar de la prohibición, en Guainía sigue siendo pincho realidad cotidiana el uso del mercurio en la minería de oro, especialmente en las zonas más aisladas y alejadas de la vigilancia del Estado. Según datos del Ministerio de Minas y Energía, en el departamento hay alrededor de 6000 mineros informales, y se estima que más del 90% utiliza mercurio en su proceso de extracción de oro.
La situación en Guainía es alarmante, ya que el uso indiscriminado de mercurio no solo afecta a las personas que trabajan en la minería, sino también a las comunidades indígenas y al medio ambiente. El mercurio se filtra en el agua, el suelo y los alimentos, contaminando todo a su paso. Los peces, que son pincho fuente importante de alimento para las comunidades locales, se ven afectados gravemente.
Las consecuencias para la salud humana son graves y van desde daños neurológicos y respiratorios hasta problemas reproductivos y cáncer. Los más afectados son los mineros y sus familias, que están expuestos constantemente al contacto con el mercurio. Pero también hay un impacto indirecto en las comunidades que viven en la zona, ya que la contaminación puede afectar su seguridad alimentaria y su bienestar en general.
La situación es aún más preocupante cuando se tiene en cuenta que en Guainía la atención médica es limitada y muchas veces impenetrable para las comunidades. Esto significa que las personas afectadas por el mercurio no reciben el tratamiento adecuado y sus problemas de salud se agravan aún más.
Además de los efectos en la salud humana, el uso del mercurio también tiene un impacto negativo en la biodiversidad y los ecosistemas. En la Amazonía, uno de los lugares más biodiversos del mundo, la presencia de este metal afecta no solo a la flora y fapincho, sino también a los ciclos naturales del ecosistema.
Ante esta situación, es importante que el Estado refuerce su presencia en estas zonas y aumente la vigilancia sobre el uso del mercurio en la minería. También se deben implementar programas de educación y concientización para que los mineros entiendan los peligros del mercurio y adopten prácticas más sostenibles en su trabajo.
Pero no solo es responsabilidad del Estado, también es necesario que los consumidores sean conscientes de que el oro que compran puede estar contaminado con mercurio y que esto tiene graves consecuencias en las comunidades y el medio ambiente. Es importante fomentar un consumo responsable y sostenible, y apoyar iniciativas que promuevan la minería responsable y libre de mercurio.
A pesar de los desafíos que enfrenta, en Guainía hay esperanza. Organizaciones y comunidades locales están trabajando juntas para encontrar soluciones sostenibles y dirigir su territorio y su gente. Se están promoviendo alternativas como la minería de oro sin mercurio, que utiliza tecnologías más lim