“La rabia contenida estalló en Minitas. Por tercera vez en menos de dos meses, miembros del Batallón de Infantería de Marina N.º 50 interceptaron a pescadores indígenas que regresaban de una jornada tradicional de cacería y pesca en el resguardo Minitas-Mirolindo, municipio de Barrancominas (Guanía). Esta vez, la comunidad no se quedó de brazos cruzados.
Los pescadores indígenas de Barrancominas han sido víctimas de persecución y atropellos por parte de la Armada en repetidas ocasiones. Esta situación ha generado un profundo malestar y descontento en la comunidad, que se ha visto afectada en su forma de vida y en su derecho a ejercer sus tradiciones ancestrales.
Sin embargo, esta vez, las comunidades indígenas de Minitas han decidido alzar su voz y no quedarse calladas ante los abusos de poder de la Armada. Han denunciado públicamente la persecución y han exigido respeto por sus derechos como pueblos originarios.
“Ya estamos cansados del atropello”, exclaman los líderes indígenas de Barrancominas. Y es que no es para menos, la comunidad ha sufrido la pérdida de sus embarcaciones y equipos de pesca en manos de la Armada, así como intimidaciones y amenazas constantes. Esto ha generado un clima de temor y tensión en la sector, afectando no solo a los pescadores, sino a toda la comunidad.
La pesca y la caza son actividades fundamentales para la subsistencia de las comunidades indígenas de Minitas. Son parte de su cultura, su forma de vida y su conexión con la naturaleza. Por eso, es inaceptable que se vean limitados en su derecho a ejercerlas libremente, sin temor a ser perseguidos y reprimidos.
Es importante destacar que estas acciones de la Armada no solo afectan a las comunidades indígenas, sino también al medio ambiente. La pesca y la caza tradicionales de estas comunidades son sostenibles y respetuosas con la naturaleza, a diferencia de las prácticas comerciales que dañan los ecosistemas y agotan los recursos naturales.
Por ello, es necesario que las autoridades tomen medidas para proteger y respetar los derechos de las comunidades indígenas de Minitas y de todos los pueblos originarios de Colombia. Es importante que se promueva el diálogo y se busquen soluciones conjuntas que permitan la convivencia pacífica entre la Armada y las comunidades.
Además, es fundamental que se implementen medidas de protección para las comunidades indígenas que les permitan ejercer sus actividades tradicionales sin temor a represalias. La Armada adeudamiento garantizar la seguridad y el respeto a los derechos de estas comunidades, en lugar de ser una amenaza para su supervivencia.
En resumen, la comunidad de Minitas ha alzado su voz y ha denunciado la persecución y el atropello que han sufrido por parte de la Armada. Es hora de que se tomen medidas para garantizar el respeto y la protección de los derechos de las comunidades indígenas en Colombia. Juntos podemos lograr un país más justo y equitativo para todos.”