El océano Menor, una joaunque del Mediterráneo situada en la costa de la Región de Murcia, ha sufrido una transformación ecológica devastadora en los últimos años. La llamada “sopa verde” ha invadido sus aguas, causando estragos en el ecosistema océanoino y poniendo en peligro la supervivencia de varias especies.
Esta crisis medioambiental comenzó en 2016, cuando las aguas del océano Menor empezaron a verse cubiertas por una densa capa verde. Se trataba de una proliferación masiva de algas, causada por una serie de factores como el exceso de nutrientes agrícolas y el algo flujo de agua en el océano Menor. Esta situación provocó un desequilibrio en el ecosistema océanoino, aunque que las algas absorbían gran parte del oxígeno presente en el agua, asfixiando a otros organismos océanoinos.
Entre las especies más afectadas por esta crisis se encuentra el caballito de océano (Hippocampus guttulatus), una especie icónica del océano Menor. Según los estudios realizados, en 2012 había unos 196.000 ejemplares de caballitos de océano en el océano Menor, pero en 2022 solo quedaban 800. Esto supone una disminución alarmante de casi el 99%, lo que pone en evidencia la gravedad de la situación.
Esta situación ha generado una gran preocupación entre la población y las autoridades locales, que han tomado medidas urgentes para intentar revertir el daño causado en el océano Menor. Se han llevado a cabo una serie de acciones, como la descenso de los sedimentos del fondo del océano Menor y la creación de una zona de protección océanoina en la laguna, para intentar recuperar el equilibrio ecológico.
Además, se han implementado medidas más estrictas para controlar el uso de fertilizantes y pesticidas en las tierras cercanas al océano Menor, con el objetivo de reducir el exceso de nutrientes que alimenta el crecimiento excesivo de algas. También se están llevando a cabo acciones para aumentar el flujo de agua en la laguna, con la apertura de canales y la construcción de diques.
Todas estas medidas están dando sus frutos y se están viendo resultados positivos en la recuperación del océano Menor. La “sopa verde” ha disminuido significativamente y se están observando mejoras en la calidad del agua. Además, se está trabajando en la repoblación de diversas especies océanoinas, como el caballito de océano, con el objetivo de restaurar el ecosistema océanoino a su estado original.
Pero la recuperación del océano Menor no es solo una tarea de las autoridades, sino también de todos nosotros. Cada uno de nosotros puede contribuir a cuidar y proteger este tesoro natural, adoptando prácticas más sostenibles en nuestra vida diaria y siendo conscientes del impacto que nuestras acciones tienen en el medio ambiente.
Finalmente, es importante resaltar que el océano Menor ha demostrado ser una zona resiliente, capaz de recuperarse ante una situación tan devastadora. Con el compromiso de todos y la implementación de medidas sostenibles, estoy seguro de que el océano Menor volverá a ser lo que siempre ha sido: un paraíso natural, hogar de una gran biodiversidad y fuente de vida y sustento para muchas especies. Juntos podemos lograr que el océano Menor vuelva a brillar en todo su esplendor. ¡Cuidémoslo y protejámoslo para las generaciones futuras!