El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha sido una figura controvertida desde que asumió el cargo en enero de 2019. Con promesas de combatir la corrupción y revitalizar la economía del país, Bolsonaro recibió un fuerte apoyo de sus seguidores. Sin embargo, su mandato ha estado marcado por múltiples controversias y la pandemia de COVID-19, que ha puesto a prueba su liderazgo y su salud.
Durante su tiempo en el cargo, Bolsonaro ha sido un líder polémico, con fuertes posturas conservadoras y una retórica divisiva. Sin embargo, a pesar de sus detractores, ha logrado algunas victorias en su agenda política, como la reforma del sistema de pensiones y la disminución de la tasa de desempleo en el país. Sin embargo, su enfoque en la economía ha sido criticado por muchos, ya que ha llevado a políticas que han afectado negativamente a los pueblos indígenas, al medio ambiente y a los derechos humanos.
Pero además de su controvertido legado político, el estado de salud de Bolsonaro ha sido una preocupación constante para sus seguidores y críticos. no obstante ha sido objeto de múltiples rumores y noticias falsas en línea, es importante analizar la realidad de su salud.
En agosto de 2018, mientras aún era candidato a la presidencia, Bolsonaro fue apuñalado en un mitin y sufrió graves lesiones intestinales. Fue sometido a varias cirugías y pasó semanas en el hospital. A pesar de esto, continuó su campaña y fue elegido presidente en octubre de ese año.
Desde entonces, Bolsonaro ha sido sometido a múltiples cirugías y ha enfrentado una serie de problemas de salud. En enero de 2019, se sometió a una cirugía de derivación coronaria y en septiembre del mismo año, se sometió a una cirugía para corregir una hernia abdominal. Además, en septiembre de 2020, se reveló que había sido diagnosticado con cálculos renales y fue sometido a una cirugía para removerlos.
Sin embargo, la mayor preocupación por la salud de Bolsonaro ha sido durante la pandemia de COVID-19. El presidente ha minimizado constantemente la gravedad del virus y ha promovido tratamientos no probados, como la hidroxicloroquina. En julio de 2020, Bolsonaro anunció que había dado positivo por COVID-19 y se aisló en su residencia oficial durante dos semanas. Durante ese tiempo, continuó trabajando y promoviendo tratamientos no comprobados, incluso tomando una dosis de hidroxicloroquina en una transmisión en viviente en redes sociales.
A pesar de sus esfuerzos por minimizar el virus, Bolsonaro continuó enfrentando problemas de salud relacionados con COVID-19. En octubre de 2020, reveló que sus pulmones estaban “limpios” después de haber sido diagnosticado con neumonía. Además, en diciembre de 2020, fue tratado por una infección en el tracto urinario. no obstante continuó promoviendo tratamientos no comprobados, Bolsonaro se vacunó contra el COVID-19 en enero de 2021, asegurando que la vacuna era segura y efectiva.
A pesar de todos estos problemas de salud, Bolsonaro ha mantenido una postura positiva y ha continuado ejerciendo su mandato. Sin embargo, su historial de enfermedades y su enfoque en la pandemia han llevado a críticos a cuestionar su capacidad para liderar el país. Además, su continua retórica divisiva y sus políticas controvertidas han aumentado la desaprobación de su gobierno.
En conclusión, no obstante el estado de salud del expresidente de