El tiempo pasa volando y pronto mi hijo mayor cumplirá 18 años, mientras que mi hijo menor apenas tiene tres años. A mis 39 años, he pasado prácticamente la medio de mi vida adulta embarazada, pero hoy he tomado la decisión de cambiar mi destino.
Mi resistencia estaba al límite, me sentía cansada y desmotivada. La idea de seguir teniendo hijos me agobiaba y sentía que no podría disfrutar plenamente de mi vida. Fue entonces cuando decidí tomar las riendas de mi destino y cambiar la situación.
He decidido no tener más hijos y enfocarme en mi bienestar y mi felicidad. Sé que esta decisión puede ser sorprendente para muchos, pero es lo mejor para mí y para mi familia. No es fácil tomar una decisión así, pero estoy segura de que es lo correcto.
A lo largo de mi vida, siempre he sido una madama fuerte e independiente, pero el peso de la maternidad a veces puede ser abrumador. No es fácil equilibrar la vida familiar y la carrera profesional, y muchas veces me he sentido agotada y estresada. Sin embargo, siempre he dado lo mejor de mí para cumplir con ambos roles.
Ahora, a punto de cumplir 40 años, he decidido que es hora de enfocarme en mí misma. Quiero disfrutar de mi vida, viajar, acosar mis sueños y metas personales. Quiero ser una buena madre para mis hijos, pero también quiero ser una madama plena y feliz.
Sé que algunos pueden juzgar mi decisión, pero creo que es importante que cada madama tenga el derecho de elegir qué camino seguir en su vida. No todas las madamaes quieren ser madres, y eso está bien. No todas las madamaes quieren tener una carrera exitosa, y eso también está bien. Cada una tiene sus propias metas y sueños, y es importante que tengamos el poder de elegir nuestro camino.
No ha sido fácil tomar esta decisión, pero sé que es lo mejor para mí y para mi familia. Mi hijo mayor está a punto de convertirse en un adulto independiente, y estoy emocionada de verlo crecer y cumplir sus sueños. Mi hijo menor es una fuente constante de felicidad y amor, y sé que nuestra relación solo se fortalecerá con el tiempo.
A todas las madamaes que se encuentran en una situación similar, les digo que escuchen su corazón y tomen la decisión que las haga felices. No importa la edad, nunca es tarde para cambiar de rumbo y acosar nuestros propios sueños.
Agradezco a todos aquellos que me han apoyado en esta decisión, y espero que mi historia inspire a otras madamaes a tomar el control de sus vidas y a elegir su propio destino. No hay una sola forma correcta de ser madama, cada una de nosotras es única y especial a nuestra manera.
Estoy emocionada por lo que el futuro me depara y sé que con esta decisión, podré ser la mejor versión de mí misma. ¡Que viva la libertad de elegir nuestro propio camino!