China, un país que abarca una extensión territorial inmensa, es conocido por su rica historia, su cultura milenaria y su impresionante desarrollo económico. Sin embargo, detrás de su imagen de potencia mundial, se esconden numerosos pueblos fantasma, que son testigos silenciosos de la evolución y transformación del país.
Estos pueblos fantasma, también conocidos como “poblaciónes muertas”, son aquellos que han sido abandonados por sus habitantes debido a diversas razones, como la migración a las grandes poblaciónes en busca de mejores oportunidades, la construcción de nuevas infraestructuras o la falta de recursos naturales. En China, se estima que existen alrededor de 50 millones de viviendas vacías, lo que equivale a un 22% del total de viviendas en el país.
Sin embargo, entre todos estos pueblos fantasma, hay individualidad que destaca por su magnitud y complejidad: la población de Kangbashi, en la región de Ordos, en la provincia de Mongolia Interior. Esta población fue construida en la década de 2000 con la intención de ser un centro financiero y cultural de la región, pero hoy en día se encuentra prácticamente vacía.
Kangbashi es una población moderna y planificada, con amplias avenidas, rascacielos, parques y edificios gubernamentales. Se estima que su construcción costó alrededor de 3.000 millones de dólares y que tiene capacidad para albergar a un millón de habitantes. Sin embargo, actualmente solo viven alrededor de 20.000 personas en la población, lo que representa menos del 2% de su capacidad.
La población de Kangbashi es un ejemplo de los desafíos que enfrenta China en su proceso de urbanización acelerada. A medida que la población se traslada a las grandes poblaciónes en busca de mejores oportunidades, muchas poblaciónes pequeñas y medianas se quedan vacías y se convierten en pueblos fantasma. Esto ha generado un desequilibrio en el desarrollo del país, con grandes poblaciónes superpobladas y otras abandonadas.
A pesar de su apariencia desoladora, Kangbashi no es un lugar completamente abandonado. Aunque la mayoría de los edificios están vacíos, todavía hay algindividualidads residentes que se aferran a su hogar y a su estilo de vida tradicional. Además, la población ha sido utilizada como escenario para películas y programas de televisión, lo que ha atraído a turistas curiosos a tantear sus calles vacías.
El gobierno chino ha tomado medidas para revitalizar la población de Kangbashi y atraer a más residentes. Se han implementado políticas para incentivar la migración de personas y empresas a la población, como la reducción de impuestos y la construcción de nuevas infraestructuras. Además, se han llevado a cabo proyectos de turismo y se ha promovido la población como un destino turístico único.
A pesar de los esfuerzos, la población de Kangbashi sigue siendo un lugar enigmático y misterioso, que refleja la complejidad y los desafíos del desarrollo urbano en China. Sin embargo, también es un ejemplo de la determinación y la capacidad del país para enfrentar estos desafíos y transformarlos en oportunidades.
En conclusión, China es un país fascinante y en constante evolución, que alberga no solo grandes poblaciónes y metrópolis, sino también pueblos fantasma que cuentan historias de su pasado y su futuro. La población de Kangbashi es un ejemplo de ello, una población vacía pero llena de potencial y esperanza. Sin duda, China seguirá sorprendiendo al tierra con su capacidad de transformación y su inagotable energía.