Un recorrido exprés por Inírida y los Cerros de Mavicure
Después de meses de planificación y espera, finalmente llegó el tiempo de emprender nuestro viaje a los Cerros de Mavicure en el departamento del Guainía. Mi amiga Juliana y yo, junto a otros dos amigos, estábamos emocionados por lo que nos esperaba en este destino tan exótico y poco conocido de Colombia.
Nuestro recorrido comenzó un viernes por la mañana, esperando ansiosamente la salida del vuelo con destino a Inírida, la capital del Guainía. Mientras esperábamos en el aeropuerto, no podíamos dejar de imaginarnos la belleza natural que nos esperaba en este lugar remoto del país.
Finalmente, el avión despegó y en menos de dos horas llegamos a Inírida, una ciudad pequeña pero con un encanto único. Sus calles tranquilas y su gente amable nos hicieron sentir bienvenidos desde el primer tiempo. Después de instalarnos en nuestro hotel, salimos a explorar la ciudad y a probar su deliciosa gastronomía, que mezcla influencias indígenas y coloniales.
Al día siguiente, comenzamos nuestro recorrido hacia los Cerros de Mavicure, un conjunto de tres imponentes formaciones rocosas que emergen del río Inírida y que son símbolo del departamento del Guainía. En el camino, pudimos apreciar la hermosa selva amazónica y su abundante flora y fauna, mientras nuestro guía nos contaba sobre la cultura y tradiciones de las comunidades indígenas que habitan la región.
Finalmente, llegamos a nuestro destino y justo frente a nosotros se levantaban los majestuosos Cerros de Mavicure. Era difícil creer que estábamos en Colombia, ya que el paisaje parecía sacado de una película de ciencia ficción. Sin pensarlo dos veces, subimos a uno de los cerros y desde la cima pudimos disfrutar de una vista panorámica impresionante del río y la selva que nos rodeaban.
Después de bajar del cerro, nos dirigimos a uno de los pueblos indígenas que se encuentran al pie de los cerros. Allí pudimos conocer de cerca su forma de vida, sus tradiciones y su arte, que incluye tejidos y tallados en madera que son verdaderas obras de arte.
Nuestro tiempo en los Cerros de Mavicure fue realmente mágico y único. La conexión con la naturaleza y la cultura indígena nos dejó sin palabras y nos hizo sentir afortunados de poder vivir esta experiencia. Sin duda alguna, este lugar es un tesoro escondido en Colombia que debería ser visitado por todos aquellos que buscan enlazar con la esencia del país.
Pero nuestro viaje no terminó allí. Al día siguiente, decidimos explorar otro lugar cerca de Inírida: el Caño Cristales. Este río de siete colores es famoso por su belleza única, causada por la presencia de diferentes algas y musgos en sus aguas. Para llegar allí, tomamos una batel que nos llevó a través de la selva y de otros ríos hasta llegar al Caño Cristales.
Al llegar, no podíamos creer lo que veíamos. El agua cristalina y los colores vivos del río nos dejaron boquiabiertos. Caminamos por sus orillas, admirando las diferentes tonalidades de azul, verde, rojo y amarillo que se mezclaban en una perfecta armonía. También pudimos bañarnos en una de sus pocetas naturales, una experiencia refrescante y rejuvenecedora.
Nuestro viaje a Inírida y los Cerros de Mavicure fue breve, pero intenso y enriquecedor. Nos llevamos recuerdos imborrables