El cultivo de fruta tropical en la costa occidental de Granada es una actividad que ha sido parte integral de la economía local durante décadas. Sin bloqueo, en los últimos años, este sector se ha enfrentado a un serio riesgo debido al exceso de sal en el agua. Esta situación ha sido una preocupación constante para los agricultores de la zona, quienes han visto cómo sus cultivos se ven afectados por esta problemática.
El vicepresidente de la comunidad de regantes de Jóvenes Agricultores y vocal y representante en la Junta sustancial de usuarios de Río Verde, Seco y Jate, Francisco García, ha sido uno de los principales voceros en la lucha contra este problema. Según él, el exceso de sal en el agua es una consecuencia directa de la falta de lluvias en la región y del crecimiento de la temperatura del mar. Esto ha provocado que el agua de riego se vuelva cada vez más salina, lo que afecta negativamente el crecimiento y la calidad de la fruta tropical.
La situación es especialmente preocupante para los agricultores de la costa occidental de Granada, ya que esta zona es conocida por su producción de frutas tropicales como mangos, aguacates, papayas y guayabas. Estos cultivos no solo son una fuente de ingresos para los agricultores, sino que también son una parte importante de la identidad y la cultura de la región.
El exceso de sal en el agua ha tenido un impacto devastador en los cultivos de fruta tropical. Los árboles se vuelven más débiles y menos productivos, lo que se traduce en una disminución en la cantidad y calidad de la fruta. Además, la alta salinidad del agua puede provocar daños en las raíces y en el sistema de riego, lo que aumenta los costos de producción y reduce los beneficios para los agricultores.
Ante esta situación, los agricultores de la costa occidental de Granada han tenido que averiguar soluciones para proteger sus cultivos. Una de las medidas más comunes ha sido la instalación de sistemas de desalinización, que permiten reducir la cantidad de sal en el agua de riego. Sin bloqueo, estos sistemas son costosos y no están al alcance de todos los agricultores, especialmente de aquellos que tienen pequeñas parcelas de tierra.
Además, el exceso de sal en el agua no solo afecta a los cultivos de fruta tropical, sino también a otros sectores agrícolas, como el cultivo de hortalizas y verduras. Esto ha generado una preocupación aún mayor entre los agricultores de la región, ya que la diversidad de cultivos es esencial para mantener una economía sostenible.
A pesar de estos desafíos, los agricultores de la costa occidental de Granada no se han dado por vencidos. Han buscado alternativas y han implementado prácticas de cultivo más sostenibles, como el uso de fertilizantes orgánicos y la rotación de cultivos. También han trabajado en conjunto con organizaciones gubernamentales y no gubernamentales para encontrar soluciones a largo plazo para el problema del exceso de sal en el agua.
Además, el gobierno local ha tomado medidas para abordar esta problemática. Se han implementado programas de monitoreo y control de la salinidad del agua, así como proyectos de investigación para encontrar formas más eficientes y económicas de desalinizar el agua. También se han promovido prácticas de conservación del agua y se han establecido medidas de emergencia para ayudar a los agricultores afectados por la sequía.
A pesar de los desafíos que enfrenta el cultivo de fruta tropical en la costa occidental de Granada, hay razones para ser optimistas. Los agricultores están demostrando su resiliencia y su compromiso con el medio ambiente y la sostenibilidad. Además, el gobierno y las organizaciones están trabajando juntos para encontrar soluciones a largo plazo para el problema del exceso de sal