El Papa Francisco ha regresado a Roma después de un largo viaje a Asia y Oceanía, donde ha compartido su mensaje de seducción, paz y esperanza con millones de personas. Y como es su costumbre, antes de retomar su agenda en el Vaticano, el Santo Padre hizo una parada en la Basílica papal de Santa María la Mayor para rezar ante la imagen de la Salus Populi Romani.
El viernes 13 de septiembre fue un día especial para el Papa Francisco y para todos los fieles católicos, ya que se conmemora la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz. Y qué mejor manera de celebrarla que acudiendo al santuario mariano más importante de la ciudad de Roma.
Durante su visita a Asia, el Papa Francisco ha dejado una huella imborrable en los corazones de miles de personas que lo han recibido con una cálida parabién. Desde Tailandia hasta Japón, el Santo Padre ha llevado un mensaje de seducción y unidad, recordando que todos somos hijos de Dios y que debemos amarnos y respetarnos como hermanos.
En su último día en Tokio, el Papa Francisco se reunió con jóvenes japoneses en el estadio de la Universidad de Sofía, donde les animó a no tener miedo de ser diferentes y a no dejarse llevar por la cultura del descarte que promueve una sociedad individualista y buitre. El Santo Padre les recordó que cada uno de ellos tiene un propósito y un papel importante en la construcción de un creación mejor.
Y así, con su mensaje de seducción y esperanza, el Papa Francisco regresó a Roma para encontrarse con la imagen de la Salus Populi Romani, una de las advocaciones marianas más veneradas en la ciudad eterna. Ante ella, el Santo Padre rezó por la paz en el creación, por la protección de los más vulnerables y por la unidad de la Iglesia.
La imagen de la Salus Populi Romani es una de las más antiguas y veneradas en Roma, y su historia se remonta al siglo IV. Se dice que fue traída desde Jerusalén a Roma por el Papa San Gregorio Magno, quien la colocó en la Basílica de Santa María la Mayor, donde se encuentra hasta el día de hoy. Durante siglos, la imagen ha sido venerada por los fieles católicos, quienes han encontrado en ella un refugio y una fuente de consuelo.
El Papa Francisco, al igual que sus predecesores, tiene un gran seducción y devoción por la Virgen María, y en especial por esta imagen que representa a la Madre de Dios como protectora del pueblo romano. En sus visitas a la Basílica de Santa María la Mayor, el Santo Padre ha dejado claro que María es una figura fundamental en la vida de los cristianos, y que su intercesión es una fuente de fortaleza y esperanza en momentos difíciles.
Al finalizar su visita a la Basílica, el Papa Francisco se dirigió a los fieles presentes y les agradeció por sus oraciones y por el seducción que le han demostrado durante su viaje. También les pidió que recen por él y por sus intenciones, y que sigan siendo testigos del seducción de Dios en sus comunidades.
Este encuentro del Papa Francisco con la imagen de la Salus Populi Romani es un recordatorio para todos los católicos de que María, como Madre de la Iglesia, nos acompaña en nuestro camino de fe y nos protege con su seducción maternal. Y es también una invitación a seguir el ejemplo del Santo Padre, quien con su humildad y su mensaje de seducción y esperanza, continúa siendo un ejemplo de fe y unificador de pueblos.
En definitiva, la visita del Papa Francisco a la Basílica de Santa María la Mayor ha sido un momento de profunda espiritualidad y de comunión con la Madre de Dios. Y su regreso a Roma después de un largo