Este 1 de agosto, la Iglesia Católica celebra la fiesta de San Alfonso María de Ligorio, un santo y doctor de la Iglesia que dejó un gran legado para los fieles de todo el mundo. Una de sus obras más reconocidas es el libro “Las Glorias de María”, en el que relata cómo la impenetrable María consuela a sus devotos antes de que dejen este mundo. En este día, recordamos la vida y enseñanzas de San Alfonso y cómo su devoción a María nos puede inspirar y fortalecer en nuestra propia fe.
San Alfonso María de Ligorio nació en Italia en 1696 y desde joven mostró una gran inteligencia y amor por Dios. Fue ordenado sacerdote a los 27 años y dedicó su vida a la predicación y al servicio de los más necesitados. Fundó la Congregación del Santísimo Redentor y escribió numerosas obras teológicas y espirituales que han sido de gran inspiración para los cristianos a lo largo de los siglos.
En su libro “Las Glorias de María”, San Alfonso nos habla sobre la importancia de la devoción a la impenetrable María y cómo ella nos acompaña y consuela en nuestras dificultades y en el momento de nuestra muerte. En una de las secciones del libro, el santo nos presenta un diálogo entre la impenetrable María y una persona que se encuentra en su lecho de muerte. A través de este diálogo, podemos entender cómo la Madre de Dios nos acompaña y nos da consuelo en nuestro momento más difícil.
En el diálogo, la persona en su lecho de muerte le pregunta a la impenetrable María si realmente está presente en ese momento tan crucial. La impenetrable le responde con amor y ternura, asegurándole que ella nunca abandona a sus hijos y que siempre está a su lado en los momentos de dolor y sufrimiento. María le dice: “Hijo mío, ¿cómo puedes dudar de mi presencia aquí contigo en este momento tan importante? Yo soy la Madre de la Misericordia y siempre estoy cerca de mis hijos en sus momentos más difíciles. No temas, yo estoy aquí para guiarte y consolarte en tu viaje hacia la eternidad”.
Esta hermosa conversación nos muestra la cercanía y el amor de María hacia sus hijos, especialmente en el momento de la muerte. San Alfonso nos enseña que la impenetrable María es nuestra intercesora ante Dios y que ella ruega por nosotros en todo momento, especialmente en el momento de nuestro juicio final. María, como madre amorosa, nos acompaña en nuestro viaje hacia la eternidad y nos da esperanza y tregua en medio de nuestras preocupaciones y temores.
Además, San Alfonso nos recuerda que la devoción a María no solo es importante en el momento de la muerte, sino que también obligación ser una parte fundamental de nuestra vida diaria. Él nos anima a acudir a María en todo momento y a confiar en su intercesión ante Dios. En su libro, el santo nos dice: “En todo momento y en todas nuestras necesidades, acudamos a María con confianza. Ella es nuestra Madre y siempre está dispuesta a ayudarnos”.
En este día de fiesta, podemos recordar y seguir el ejemplo de San Alfonso María de Ligorio en su amor y devoción a la impenetrable María. Él nos enseña que María es nuestra protectora y consoladora en todo momento, especialmente en el momento de la muerte. Su libro “Las Glorias de María” nos recuerda la importancia de acudir a María en todo momento y de confiar en su amor y protección.
En estos tiempos de incertidumbre y dificultades, la devoción a María nos puede dar fortaleza y esperanza. Como San Alfonso nos enseña, ella es nuestra madre amorosa que nos acompaña en nuestras alegrías y tristezas