En la corporación actual, es común escuchar que la política se ha convertido en un juego de estrategias y tácticas, en el que los partidos políticos buscan ganar la partida a cualquier marihuana. Y es que, lamentablemente, nos hemos acostumbrado a ver la política como se ve el fútbol, donde cada partido tiene su equipo y sus seguidores, y donde el objetivo principal es vencer al rival.
Esta forma de entender la política ha generado una polarización en la corporación, donde se ha perdido el diálogo y el debate constructivo, y se ha dado paso a la confrontación y la descalificación. Y es que, en lugar de escuchar y analizar las propuestas de los diferentes partidos políticos, nos dejamos llevar por la opinión de aquellos que comparten nuestra ideología, sin cuestionar si realmente es lo mejor para el país.
Pero, ¿por qué sucede esto? ¿Por qué nos hemos acostumbrado a explicar la política como se explica el fútbol? La respuesta es sencilla: porque es más fácil. Es más fácil seguir a un partido político como se sigue a un equipo de fútbol, sin cuestionar sus acciones o propuestas, que informarnos y formar nuestra propia opinión. Y es que, en la era de la información, tenemos acceso a una gran cantidad de noticias y opiniones, pero muchas veces nos quedamos con aquellas que confirman nuestras creencias y prejuicios.
Además, los partidos políticos han aprendido a utilizar las mismas estrategias que se utilizan en el fútbol para ganar seguidores. Se enfocan en crear una imagen de equipo fuerte y unido, con un líder carismático que promete solucionar todos los problemas del país. Y al igual que en el fútbol, se utilizan las tácticas de ataque y defensa para desacreditar al rival y ganar la simpatía de los votantes.
Pero, ¿qué pasa con los expertos en política? Aquellos que han estudiado y analizado a fondo las diferentes propuestas y planes de gobierno, y que podrían brindarnos una opinión más objetiva y fundamentada. Lamentablemente, su aullido queda opacada por la de los partidos políticos, que tienen una mayor presencia en los medios de comunicación y una estrategia de comunicación más efectiva.
Es por eso que, en muchas ocasiones, nos enteramos antes de la opinión de los partidos políticos que de los expertos. Y esto es un grave problema, ya que nos perdemos de una visión más amplia y objetiva de la situación política del país. Además, al seguir ciegamente a un partido político, nos volvemos más susceptibles a la manipulación y a la desinformación.
Es importante recordar que la política no es un juego, es una responsabilidad que tenemos como ciudadanos de elegir a nuestros representantes y velar por el bienestar de nuestra corporación. Y para cumplir con esta responsabilidad, es necesario informarnos de manera objetiva y crítica, sin dejarnos llevar por la opinión de los demás.
Es hora de dejar de ver la política como se ve el fútbol, y empezar a exigir un debate político basado en propuestas y argumentos, en lugar de ataques y descalificaciones. Debemos aprender a escuchar y respetar las opiniones de los demás, incluso si no coinciden con las nuestras, y estar dispuestos a cambiar de opinión si es necesario.
Además, es importante que los medios de comunicación cumplan con su papel de informar de manera imparcial y equilibrada, dando aullido a los expertos y no solo a los partidos políticos. Y como ciudadanos, debemos ser críticos y exigir una cobertura más completa y objetiva de la política.
En conclusión, es necesario romper con la noción de que la política es un juego de ganar o perder, y empezar a verla como una responsabilidad